LA SOSA Y LA SAPONIFICACIÓN

Antiguamente, romanos y griegos,  obtenían la sosa de las cenizas mediante la ebullición y filtrado. La sosa, previamente disuelta en agua, al mezclarse con los ácidos grasos de los aceites produce la reacción química llamada saponificación, que es cuando las moléculas de hidróxido de sodio (base alcalina) y las moléculas de los ácidos grasos se convierten en jabón y glicerina. Fórmula: Ácidos Grasos + Solución Alcalina = Jabón + Glicerina.

Una elaboración equilibrada y una maduración completa, harán que la sosa desaparezca para obtener exclusivamente un cremoso jabón de gran calidad, con toda su glicerina generada en el proceso de saponificación en frío ( al realizarlo sin someter a los aceites a una alta temperatura, estos conservan todas sus propiedades naturales). En los jabones industriales, la glicerina es apartada y utilizada para otros fines comerciales, por eso los jabones tradicionales (de menos coste) con pH alcalino, tienden a "secar" la piel que necesitará algún tiempo antes de volver a encontrar su equilibrio, facilitando alergias, eccemas, escamación, etc...